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Lo que aprendí en la incomodidad de cambios positivos.


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Si tienes más de 30 años, seguro ya has escuchado muchas veces que "los cambios son necesarios para crecer". Pero también sé que todo cambio se siente inesperado aunque lo estés esperando.


En los últimos meses, he experimentado una serie de cambios positivos en distintas áreas de mi vida, y de ello aprendí lo siguiente:


No minimices tus bendiciones

Después de dos años fuera del mundo de la educación, un campo en el que pensé que no volvería a estar, terminé regresando. Pero esta vez, con nuevas condiciones que se alineaban con lo que realmente quería y necesitaba. Llegar hasta ahí no fue casualidad, sino el resultado de conversaciones largas, negociaciones, mucho trabajo interno, ejercicios de visualización y oración.


Cuando algunos compañeros reaccionaron con envidia o crítica porque tenía más flexibilidad, llegué a cuestionarme si realmente me lo merecía. Pero entendí que había puesto mucho esfuerzo y preparación para que esta oportunidad llegara, y lo importante era aceptarla con gratitud, sin minimizar su valor.




Ser asertivo y paciente trae sus recompensas

Desde el principio, fui clara con lo que esperaba recibir y lo que podía ofrecer. La paciencia y la asertividad fueron claves para llegar a un acuerdo justo y beneficioso para ambas partes.


Las cosas pueden ser mejores de lo que imaginas si fluyes y dejas espacio para que el Universo te sorprenda




Buscar un hogar es todo un reto. Mi pareja y yo pasamos meses visitando apartamentos y en algún punto consideramos bajar nuestras expectativas. Pero cuando soltamos un poco el control y confiamos en el proceso, encontramos un lugar que superó lo que habíamos imaginado.


No solo cumplía con lo esencial, sino que tenía elementos que ni siquiera habíamos considerado, como el ambiente tranquilo, la comunidad y pequeños detalles que hicieron la diferencia. A veces, lo mejor que podemos hacer es mantener la mente abierta y permitirnos recibir más de lo que creíamos posible.


El cambio, aunque sea positivo, requiere energía

Ajustarme a tantas cosas a la vez me pasó factura. Entre el trabajo, la vida en pareja, los compromisos sociales y proyectos personales, terminé agotada.


Me di cuenta de que, aunque los cambios sean buenos, también demandan mucha energía y adaptación.


Por eso, he aprendido a ser más compasiva conmigo misma. Si me quedo dormida y no puedo hacer ejercicio, si tengo que cancelar una salida o si no logro publicar ese post perfecto en redes, está bien. No podemos hacerlo todo al mismo tiempo, y eso no nos hace menos capaces o exitosos. Cuidar de nuestra energía y bienestar también es parte del proceso.


Reflexión Final

El cambio es inevitable, y aunque a veces nos abrume, también nos da la oportunidad de crecer. Adaptarnos requiere paciencia, confianza y la disposición de aprender en el camino. Al final, cada transformación nos acerca a la vida que queremos construir y a la persona en la que queremos convertirnos.



 
 
 

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